En relación a los portátiles, no alcanzo a ver la parte “electrónica” de la futura instalación, pero tengo bastante clara la parte educativa.
Un portátil que el alumno se pueda llevar a su casa (me da igual que sea del centro o que sea el suyo propio) tiene la garantía de que a los 10 minutos de tenerlo, intentará modificarlo al máximo para adaptarlo a su gusto (messenger o similar, juegos, imágenes de contenido “digamos fuerte”, etc). No está mal, que haga lo que quiera, pero eso interfiere demasiado en la marcha de la clase al día siguiente (mira qué foto más chula tengo, mira el juego que he encontrado, …)
Está claro que estas son cosas que ya puede hacer el alumno sin necesidad de tener un ordenador en sus manos, pero pienso que se está apostando por una revolución en la enseñanza en los materiales y se está olvidando que esto debe ir acompañada de una revolución similar en los espacios, en los tiempos, en las relaciones, …
Tenemos muchas posibilidades con los ordenadores, pero la mayoría se bloquean al encontrarnos con clases de 55 minutos exactos (mientras se encienden los ordenadores, se autentican los alumnos contando con los ratones y teclados que funcionan a medias, se explica la tarea a realizar si ese día hay luz y no han saltado los plomos por algún mal contacto, se reinician los ordenadores que han fallado,… se pasa tanto tiempo que el profesor prefiere no usarlo).
Tenemos unas agrupaciones fijas de alumnos con distintos intereses y distintas formas y ganas de trabajar (¿y si los alumnos tuvieran información del trabajo que deben realizar y libertad para situarse físicamente en distintos sitios de instituto, trabajando con sus compañeros más afines y respetando simplemente los plazos de entrega de las tareas y las clases presenciales que se estipulen?).
Tenemos unos métodos obsoletos de evaluación (yo no conozco a ningún inspector que haya preguntado, al recibir una reclamación de un alumno, qué pruebas por ordenador ha suspendido, qué tareas encargadas para enviar por e-mail no han sido entregadas, o cómo se enfrentaba el alumno día a día al aprendizaje guiado por las Unidades Didácticas Interactivas utilizadas).
Tenemos un nulo reconocimiento del trabajo del profesor que utiliza las TIC, tanto desde la administración como desde las familias y los propios alumnos: a mi me ha llegado algún alumno a decir que yo no hacía nada en clase porque estaba mucho tiempo sentado en mi mesa y ellos tenían que realizar en su ordenador la unidad didáctica correspondiente (elaborada por mí, en tiempo arrancado al sueño y a mis hijos, y con bastante más trabajo del que sería capaz de reconocerme a mí mismo). (Por supuesto, en ese mismo momento volví al método tradicional de la pizarra, para disgusto del resto de los alumnos y para mejora de mi tiempo libre).
En este blog tengo intención de escribir todo aquello que no sea capaz de decir en público, bien porque no encuentre la ocasión, bien porque sea políticamente incorrecto o ambas cosas.
Fernando Villarrubia Gahete
jueves, 11 de diciembre de 2008
sábado, 29 de noviembre de 2008
Sobre los portátiles en el aula
Estoy contando los días esperando la prometida implantación de los portátiles en el aula. El motivo: el primer paso de la implantación de ordenadores se me quedó corta:
-Los alumnos no pueden realizar los exámenes por ordenador porque no serían individuales.
-El material que se trabaja en clase difícilmente lo pueden reutilizar en casa (se queda en los ordenadores del centro)
-En línea con lo anterior, si se imprime en papel lo que está destinado a ser visto en una pantalla, el gasto de papel es ingente.
-El hecho de que un alumno "rebotado" estropeara un ordenador afectaba inevitablemente a su compañero.
-Si quiero que escriban (en mi caso ecuaciones matemáticas), sólo lo puede hacer uno cada vez, por lo que el otro no hace otra cosa que molestar (se puede buscar algo para que vaya haciendo, pero no es lo mismo).
En fin, si funciona como dice en su blog J. L. Redrejo (que incluso funciona el aula si el alumno trae su propio portátil) estaré encantado con el cambio.
Eso no quita para que me siga doliendo (no dejará de dolerme nunca) la herida (virtual, claro) que me supuso la implantación primera.
Por si alguien lo dudaba, cuando decidieron pasarse por el forro de los "pupitres" las necesidades del profesorado e hicieron un alarde de desconocimiento total de las medidas de atención primaria más utilizadas dentro del aula (cambiar de sitio algunos alumnos, redistribuir las mesas, reorganizarlas para determinados trabajos, utilizar las mesas limpias de todo para manualidades con cartulinas o témperas, juntar tres mesas para que unos alumnos ayuden a otros, ...), nos sentimos absolutamente ninguneados. No creo que mereciera la pena el cambio.
Pero como agua pasada no mueve molino, no podemos estar toda la vida llorando por lo que fue.
Algo que hay que reconocer (y que casi seguro que los que tomaron la decisión tampoco lo midieron en toda su magnitud) es que ha cambiado tan rápido el mundo audiovisual, que los alumnos de ahora no aceptan la educación por los medios tradicionales (como es natural, hablo en general, yo también tengo alumnos estupendos que aprenden incluso con un profesor tan inutil como yo).
Aunque me duela reconocerlo (yo soy del sistema antiguo), con la mayoría de los alumnos actuales se consigue mucho más con medios interactivos que con la clase tradicional. Ellos están más preparados para asimilar lo que les entra por la vista que lo que repiten una y otra vez sin ningún interés para ellos (muchos buenos alumnos realizan esquemas, resúmenes, repiten una y otra vez los fórmulas y teoremas sólo porque se lo decimos nosotros). Cada día se hace más grande el espacio que separa la escuela con sus verdaderos intereses. Es una pena, pero hay que enseñar de otra forma si queremos seguir significando algo en el desarrollo del alumno.
Por tanto, habrá que adaptarse a lo que hay y sacerle el mayor partido posible. Y no son pocas las oportunidades que ofrecen los ordenadores. ¿Cuántas veces nos hemos dicho a nosotros mismos, despues de encontrar algún matrial en la web que nos gusta, lo bien que nos hubiera venido algo así en nuestros tiempos para aprender tal o cual tema?
Sí, seguramente hemos perdido mucho con el cambio. Pero habrá que aprovechar lo que sí se ha ganado.
-Los alumnos no pueden realizar los exámenes por ordenador porque no serían individuales.
-El material que se trabaja en clase difícilmente lo pueden reutilizar en casa (se queda en los ordenadores del centro)
-En línea con lo anterior, si se imprime en papel lo que está destinado a ser visto en una pantalla, el gasto de papel es ingente.
-El hecho de que un alumno "rebotado" estropeara un ordenador afectaba inevitablemente a su compañero.
-Si quiero que escriban (en mi caso ecuaciones matemáticas), sólo lo puede hacer uno cada vez, por lo que el otro no hace otra cosa que molestar (se puede buscar algo para que vaya haciendo, pero no es lo mismo).
En fin, si funciona como dice en su blog J. L. Redrejo (que incluso funciona el aula si el alumno trae su propio portátil) estaré encantado con el cambio.
Eso no quita para que me siga doliendo (no dejará de dolerme nunca) la herida (virtual, claro) que me supuso la implantación primera.
Por si alguien lo dudaba, cuando decidieron pasarse por el forro de los "pupitres" las necesidades del profesorado e hicieron un alarde de desconocimiento total de las medidas de atención primaria más utilizadas dentro del aula (cambiar de sitio algunos alumnos, redistribuir las mesas, reorganizarlas para determinados trabajos, utilizar las mesas limpias de todo para manualidades con cartulinas o témperas, juntar tres mesas para que unos alumnos ayuden a otros, ...), nos sentimos absolutamente ninguneados. No creo que mereciera la pena el cambio.
Pero como agua pasada no mueve molino, no podemos estar toda la vida llorando por lo que fue.
Algo que hay que reconocer (y que casi seguro que los que tomaron la decisión tampoco lo midieron en toda su magnitud) es que ha cambiado tan rápido el mundo audiovisual, que los alumnos de ahora no aceptan la educación por los medios tradicionales (como es natural, hablo en general, yo también tengo alumnos estupendos que aprenden incluso con un profesor tan inutil como yo).
Aunque me duela reconocerlo (yo soy del sistema antiguo), con la mayoría de los alumnos actuales se consigue mucho más con medios interactivos que con la clase tradicional. Ellos están más preparados para asimilar lo que les entra por la vista que lo que repiten una y otra vez sin ningún interés para ellos (muchos buenos alumnos realizan esquemas, resúmenes, repiten una y otra vez los fórmulas y teoremas sólo porque se lo decimos nosotros). Cada día se hace más grande el espacio que separa la escuela con sus verdaderos intereses. Es una pena, pero hay que enseñar de otra forma si queremos seguir significando algo en el desarrollo del alumno.
Por tanto, habrá que adaptarse a lo que hay y sacerle el mayor partido posible. Y no son pocas las oportunidades que ofrecen los ordenadores. ¿Cuántas veces nos hemos dicho a nosotros mismos, despues de encontrar algún matrial en la web que nos gusta, lo bien que nos hubiera venido algo así en nuestros tiempos para aprender tal o cual tema?
Sí, seguramente hemos perdido mucho con el cambio. Pero habrá que aprovechar lo que sí se ha ganado.
Etiquetas:
educación,
Extremadura,
matemáticas,
ordenadores,
portátiles
jueves, 20 de noviembre de 2008
La palabra "huelga" habría que cambiarla
Me llevan los demonios las actitudes de los alumnos nada más oir la palabra huelga.
Bien se dice que la ignorancia es atrevida, pero a veces indigna hasta al más "sosegado".
Este post viene a cuento de lo que ocurrió el otro día en mi centro. Un jueves (no recuerdo el día) el sindicato de Estudiantes convocó una huelga por todo eso del Plan Bolonia y demás. Pues bien. Los alumnos de mi instituto se enteraron al día siguiente de que había convocada una huelga.
¿Os creeis que realizaron un ejercicio de autocrítica, lamentándose por no estar al día de las reivindicaciones y las acciones de los sindicatos que "luchan" (al menos en teoría) por sus derechos?
Pues no. Ni cortos ni perezosos, como el jueves no se enteraron, decidieron hacerla "motu proprio" ¡¡¡el jueves siguiente!!!. ¡¡¡Con dos coj...!!!.
¿Que no está convocada? ¿Que esto hay que hacerlo bien o si no no sirve para nada?¿Que las huelgas son un derecho que se consiguió a base del sacrificio de hombres y mujeres a los que no les llegan ni a la suela de los zapatos?¿Que desvirtuan la propia lucha que están propugnando?¿Que han perdido la razón para unirse a la protesta la próxima vez que haya una convocatoria?¿Que te van a ver sin ir a clase es día y lo único que van a pensar es que eres imbécil? No pasa nada. Yo no tengo clase y eso es más que suficiente.
Y todo ¿por qué? Porque donde haya un alumno y una palabra como es huelga, la poca inteligencia que se tenía, desaparece.
Por eso, y por el bien de estos mis pobres chicos, ya que no vamos a poder cambiar a los chicos, igual es necesario cambiar la palabra...
Bien se dice que la ignorancia es atrevida, pero a veces indigna hasta al más "sosegado".
Este post viene a cuento de lo que ocurrió el otro día en mi centro. Un jueves (no recuerdo el día) el sindicato de Estudiantes convocó una huelga por todo eso del Plan Bolonia y demás. Pues bien. Los alumnos de mi instituto se enteraron al día siguiente de que había convocada una huelga.
¿Os creeis que realizaron un ejercicio de autocrítica, lamentándose por no estar al día de las reivindicaciones y las acciones de los sindicatos que "luchan" (al menos en teoría) por sus derechos?
Pues no. Ni cortos ni perezosos, como el jueves no se enteraron, decidieron hacerla "motu proprio" ¡¡¡el jueves siguiente!!!. ¡¡¡Con dos coj...!!!.
¿Que no está convocada? ¿Que esto hay que hacerlo bien o si no no sirve para nada?¿Que las huelgas son un derecho que se consiguió a base del sacrificio de hombres y mujeres a los que no les llegan ni a la suela de los zapatos?¿Que desvirtuan la propia lucha que están propugnando?¿Que han perdido la razón para unirse a la protesta la próxima vez que haya una convocatoria?¿Que te van a ver sin ir a clase es día y lo único que van a pensar es que eres imbécil? No pasa nada. Yo no tengo clase y eso es más que suficiente.
Y todo ¿por qué? Porque donde haya un alumno y una palabra como es huelga, la poca inteligencia que se tenía, desaparece.
Por eso, y por el bien de estos mis pobres chicos, ya que no vamos a poder cambiar a los chicos, igual es necesario cambiar la palabra...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)